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Elba Rhoads


En el recuento que se hace todo el tiempo de la plástica, a la pintura se le ha dado por muerta y renacido, y si bien es cierto que resulta difícil imaginar al arte sin ella, en su largo y prolífico recorrido entre abundancia de estilos, aciertos y ocurrencias, a veces parece que no hay réplica para su defunción; no obstante, siempre es grato reencontrarse con propuestas que asumen el hecho pictórico como un recurso serio, aún con grandes posibilidades para justificar su protagonismo, ya sea desde el silencio que impone la abstracción o desde la narrativa que, amparada en la ejecución implicada en un acuerdo tácito y fiel con la forma, ésta es alimentada de conceptos para proyectar otras realidades.

En este último tránsito encontramos la pintura explícita de Elba Rhoads (Tijuana, Baja California, 1959), una obra situada bajo el escrutinio de un ojo educado para colocar en el lugar específico la pincelada suave y descriptiva; elaborada pacientemente mediante la retórica de la fidelidad de la forma; un trabajo propuesto desde la lejanía de la casualidad, en la que suma la intención de actos inasibles, de estados mentales, de presuposiciones, convirtiéndola en un juego que libera lecturas hacia campos inauditos, hacia derroteros inexplicables.

Decía algunos años atrás en una lectura que hiciera de su trabajo que «son obras que van más allá de la realidad representada, que inducen a la provocación, al desafío, que instan a perturbar la obviedad y esto también podría ser un rango que las aleja del realismo convencional y del discurso axiomático» lo es, puedo aseverarlo hoy ante estas piezas que superponen forma, tiempo y espacio para justificarse en otras realidades.

La inquietud de la autora por buscar representar al individuo en sus diferentes planos, en un mismo espacio y tiempo (Individuos (in)divisibles, 2016), con la que persigue proponer narrativas que generen otras formas interpretativas, crea condiciones que nos llevan a cuestionamientos acerca de la realidad o realidades que convergen en un mismo individuo y a la interrogante del espacio y tiempo en el cual se encuentra dicho personaje, todo ello en una pretendida analogía con la interrelación del todo, la no-separabilidad de los objetos, tal como lo propone la física cuántica; es decir, la idea de que un objeto puede estar en dos o más sitios al mismo tiempo.

Es sin duda un reto nada sencillo de representar, sin embargo, es factible comprenderlo cuando ante nosotros tenemos obras como Supersimetrías (2017), una pieza que propone a un personaje (visto, a la vez desde distintos ángulos) en un mismo tiempo y espacio; en donde el(os) personaje(s) no es plasmado o descrito como entidades completamente independientes, sino son considerados como elementos de un todo (el principio de la no separabilidad). O bien puede verse desde simetrías hipotéticas (supersimetría) con la que resuelve el problema de la jerarquía y otorga equidad a las partes (el individuo, al tiempo y el espacio).

Un trabajo que dedica enteramente a Marta Palau en agradecimiento a sus consideraciones hacia su producción, por su participación desinteresada en la proyección de los artistas bajacalifornianos al mundo y en particular, en reconocimiento a su producción innovadora y propositiva influjo decisivo para el camino donde discurre el arte contemporáneo de la entidad.

Roberto Rosique. Curador.

semblanza

Elba Rhoads

Tijuana, Baja California, 1959. Artista visual multidisciplinaria. Tomó cursos de arte en San Diego y Tijuana antes de realizar la licenciatura y maestría en Artes Plásticas por la Universidad Autónoma de Baja California (uabc), donde después impartió cátedra. Entre sus premios y reconocimientos se encuentra ser becaria del Programa de Estímulo a i Creación y al Desarrollo Artístico (pecida) del Instituto de Cultura Baja California como Artista con Trayectoria, el premio de adquisición en el x Concurso de Arte de la casa vinícola l.a. Cetto y en la viii Bienal Universitaria de Baja California.

Su obra se ha presentado de manera individual y colectiva tanto dentro como fuera del país y ha sido publicado en catálogos de exposiciones y revisiones históricas del arte bajacalfiorniano como De aquellos páramos sin cultura, Obra Negra. Una aproximación a la construcción de la cultura visual de Tijuana, Bienal Internacional de Estandartes 2008 y 2014; así como la imagen publicitaria del Festival Hispanoamericano de Guitarra.

Ha contribuido en la organización de grupos de proyección visual como Antena Art Projects y Colectivo «N», así como en el Taller de Gráfica de la uabc. Participó con el colectiva M Artes en las muestras Tapetes 2, Tapetes 2.1, Mi Tema, Bienal Internacional de Estandartes 2010 y 2014 (éstos tres últimos bajo la curaduría de Marta Palau). Su obra se encuentra en la Colección Elías-Fontes.