El Levantamiento Zapatista. Chiapas, 1994

El 12 de octubre de 1992, Antonio Turok presenció la manifestación del ezln con motivo de los «500 años de Resistencia Indígena» y documentó la destrucción a martillazos de la estatua del conquistador Diego de Mazariegos en el Centro de San Cristóbal de las Casas.

La madrugada del 1 de enero de 1994, Turok salió con algunos amigos a comprar bebidas para seguir festejando el año nuevo y la inauguración de su galería-café-internet Copal. Al entrar a San Cristóbal se topó con una columna zapatista. Gracias a su experiencia de trabajo en Centroamérica y a su conocimiento de la realidad chiapaneca, rápidamente se percató de la situación. Volvió a su casa para agarrar sus cámaras y regreso al centro de la ciudad para registrar la toma del Palacio Municipal. A partir de ese momento y durante los días posteriores, Turok documentó muy de cerca el conflicto armado y a los desplazados por la violencia.

En febrero de 1994, invitado directamente por el ezln, Turok colaboró con el equipo que realizó la primera entrevista al Comité Clandestino Revolucionario Indígena (ccri) y al Subcomandante Marcos, ambas publicadas en el periódico La Jornada.

Las mujeres en Chiapas

«En México en las últimas décadas, se ha transitado de la exclusión casi absoluta de las mujeres de la propiedad social de la tierra a un cierto avance que se manifiesta en el incremento de mujeres ejidatarias y comuneras; participación en los espacios de representación ejidal y comunal; usufructo de áreas importantes de tierra; titularidad de solares, entre otros. Aunque el avance es significativo, no se correlaciona directamente con la serie de funciones y participación que la mujer indígena y campesina se ha visto obligada a cumplir en el espacio productivo rural actual. Ha adoptado nuevas responsabilidades pero no ha ido a la par un incremento de su propiedad a la tierra… El espacio agrario que ha podido ser ocupado por las mujeres no es el directamente vinculado a la explotación de la tierra, encontramos más bien, que en Chiapas, un porcentaje importante de las mujeres en los ejidos detentan la propiedad de los solares, es decir, los espacios para la vivienda. Hecho que las coloca en los espacios privados y vinculadas al papel tradicional de reproducción familiar. Las mujeres tienen un papel secundario en el espacio social agrario, en tanto que se revelan como grupos minoritarios y marginados de la propiedad. Pese a tener un peso relativo muy alto en la estructura poblacional, su peso en la propiedad es insignificante y su presencia es notoria solo en aquellos niveles secundarios como son los grupos de posesionarias y avecindadas en ejidos y comunidades». (Reyes, 2006)


El sistema económico

«A partir de la década de los noventa la crisis rural en el sur de México, y de manera particular en Chiapas, alcanzó niveles de profundidad que prácticamente desestructuró las instituciones básicas como la familia y la comunidad. Es una crisis de la producción rural, del sistema agrario y de las organizaciones campesinas, una crisis profunda que trastoca los valores fundamentales de cohesión social, de la solidaridad y de las relaciones presenciales. Esta crisis que se venía gestando años atrás adquiere dimensiones profundas con la puesta en marcha de un paquete de medidas económicas de corte neoliberal –en las que se incluye la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan)– que generan impactos irreversibles en el campo y en las economías campesinas, presionando a las organizaciones a la búsqueda de alternativas centradas en sus propios esfuerzos y recursos. El movimiento social, en particular el levantamiento zapatista, no logró que las políticas neoliberales al menos fueran revisadas a fin de atender los problemas más urgentes de las familias campesinas, por el contrario tales políticas se han venido profundizando con un enorme costo social». (Villafuerte y García, 2010, 20)


 Fernando Yáñez

«Por otro lado, en las Fuerzas de Liberación Nacional, Fernando Yáñez –el regiomontano que había buscado a su hermano desaparecido en la selva Lacandona en 1974–, sale de Chiapas y se amnistía en 1978. A principios de los ochenta él y Gloria Benavides regresan al estado con el nombre de Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En 1984 Rafael Sebastián Guillén, Marcos, un maestro de diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, se integrará de lleno a la organización que un año después entrará en contacto con la estructura de catequistas de la diócesis de San Cristóbal de las Casas. El 1 de enero de 1994, día en que entra en vigor el Tratado de Libre Comercio, la organización le declara la guerra al Estado mexicano para exigir justicia social y respeto a los derechos de los pueblos indígenas. Yáñez es identificado como uno de los fundadores de las Fuerzas de Liberación Nacional surgidas en 1969. En 1994 es el comandante en jefe del ezln. El nombre e ideario de la organización están inspirados en el espíritu del Plan de Ayala enarbolado por el revolucionario Emiliano Zapata, ochenta y cuatro años atrás». (Castellanos, 2008, 311)


 1 de enero de 1994

«El 1 de enero de 1994, justo el día en que entró el vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), ocurre el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln). La reacción del gobierno federal fue el envío de tropas a Chiapas para sofocar la rebelión, se llegó a manejar la cifra de 70 mil efectivos del Ejército Mexicano. La sociedad civil se movilizó para detener el enfrentamiento y a los 12 días de conflicto armado el gobierno federal declara de manera unilateral alto al fuego. Luego vinieron los diálogos de la Catedral y más tarde las negociaciones en las llamadas mesas de San Andrés, pero los acuerdos no llegaron a concretarse en las leyes mexicanas (Villafuerte y Montero, 2006). Desde entonces no hay comunicación oficial entre la guerrilla y el gobierno federal». (Villafuerte y García, 2010, 17)